Amanece en el Urabá Antioqueño, el sol se asoma sobre montañas que circundan el Nudo de Paramillo y su reflejo imprime un espectacular contraste entre el verde de los cerros occidentales de Dabeiba y el azul del cielo. Las calles de la población lucen silenciosas y lejos del bullicio causado por el trajinar mañanero de algo más de cuatro años, en los cuales un ejército de hombres y equipos, dedicados con tesón y esmero vienen construyendo las obras de la Autopista al Mar 2, hoy puesta en servicio.
La Puerta de Urabá y sus gentes, hasta apenas hace poco tiempo transitando por los caminos del perdón y la reconciliación, se preparan para recibir del Estado colombiano y los inversionistas privados, un monumental legado de la gestión de los gobiernos del postconflicto: la Variante de Fuemia, un hito más en el avance de la infraestructura vial de Antioquia y el país.
Mejorar la conexión terrestre entre el área metropolitana del Valle de Aburrá y el Mar Caribe, hizo que la Concesión Autopistas de Urabá, mediante contrato EPC, construyera un tramo de vía totalmente nueva y con especificaciones técnicas modernas, como son velocidad de diseño de 80 km/hora, ancho de calzada de 10,90 metros, pendiente máxima 6% y radio mínimo de curvas de 229 metros.
Cumpliendo estos parámetros, se excavaron, revistieron y pavimentaron siete túneles y un falso túnel que en total suman 4,95 kilómetros, se construyeron 17 puentes de diferentes tipologías con 1,47 kilómetros de longitud total y se realizó el movimiento de tierras y estabilización de taludes, necesarios para conformar 10,5 kilómetros de vías a cielo abierto y dos intersecciones una de ellas a desnivel. En total 16,89 kilómetros de vía pavimentada, señalizada y dotada de tecnología inteligente de transporte, para la seguridad y confort de los usuarios.
En la ejecución de los trabajos fue necesaria la producción, transporte y vaciado de más de 152.000 metros cúbicos de concreto utilizado para las estructuras de puentes, túneles, pavimentos y obras de drenaje. La construcción de los tramos de vía a cielo abierto, requirió la remoción y disposición de 2,79 millones de metros cúbicos de material natural proveniente de las excavaciones; así cómo, la producción e instalación de cerca de 60.000 metros cúbicos de materiales granulares y 20.200 metros cúbicos de mezcla asfáltica para estructura del pavimento.
El resultado del esfuerzo de Autopistas de Urabá S.A.S., a través del Consorcio Constructor Mar 2 y la multinacional China Harbour Engineering Company y su filial concesionaria, hacen posible dar al servicio a las comunidades de las subregiones de Occidente y Urabá y a los usuarios del corredor Medellín – Necoclí, la Variante de Fuemia, en cuyo recorrido se disminuye en 30 minutos el tiempo de viaje entre Uramita y Dabeiba, impactando en forma positiva los costos y estilos de viaje, hacia el Caribe Antioqueño. En resumen, 15,3 kilómetros menos de recorrido, que significan reducción en costos de operación de los vehículos y mejoras en seguridad y comodidad de los usuarios, con respecto a la desde hoy antigua vía nacional, que atraviesa las veredas de Botón y Fuemia, cuya longitud es de 33 kilómetros.
La Concesión Autopistas de Urabá, consciente de la necesidad del seguimiento a los trabajos, en cuanto a programación, plazo, calidad e inversión se refiere; encargó bajo la modalidad de Contrato de Supervisión Independiente, al Consorcio Servinc – Gómez Cajiao, llevar a cabo las actividades de control, de acuerdo con las obligaciones legales, estudios, diseños y especificaciones técnicas de construcción.
Para cumplir con su objetivo, la Supervisión Independiente integró un equipo humano de ingenieros, inspectores y personal de apoyo administrativo y logístico, cumpliendo siempre con los requerimientos de la Sociedad Concesionaria en cuanto a formación académica, capacidad técnica y experiencia laboral suficientes, para enfrentar el desafío de velar por la correcta ejecución de las obras. Un total de 85 personas integradas armónicamente y especializadas en gerencia, vías, puentes, túneles, calidad, gestión ambiental, salud y seguridad, administración y operación hicieron parte de este selecto grupo de trabajo, durante toda la etapa de construcción.
En su trasegar por la realización de las obras, el grupo supervisor trabajó con pasión, dedicación y sacrificio, en una actividad que si bien es cierto es relevante en esta clase de proyectos, a la postre también puede ser ingrata por el rol de vigilancia que conllevan sus obligaciones contractuales. Han transcurrido cerca de cinco años sorteando obstáculos de toda índole, cumpliendo objetivos, superando tropiezos y cada quien dando lo mejor de su conocimiento y experiencia, en la búsqueda de entregar a la sociedad una de las mejores obras de ingeniería del país.
Los logros, alegrías y éxitos de estos años de labor, contrastan con la nostalgia de las despedidas de quienes por una u otra razón decidieron abandonar el proyecto en busca de mejores oportunidades, la solidaridad con colegas afectados por los embates de la naturaleza o la tristeza por la ausencia obligada de una integrante del equipo, que perdió su capacidad laboral en un desafortunado accidente en las calles de Dabeiba. En cierta manera, estas líneas también constituyen un homenaje a ellos y a los que se marcharon dejando huella en el grupo de trabajo; y desde luego, es una muestra más de los riesgos que enfrentan quienes participan en la construcción de infraestructura.
El esperado día de la puesta en operación de la Variante Fuemia, ha llegado. El esfuerzo que representó el cúmulo de experiencias y retos vividos durante su construcción, se ve recompensado con la sonrisa de satisfacción de los usuarios, que hoy empiezan a disfrutar de las bondades de su nuevo patrimonio vial. Pitos de camiones, automóviles y buses, saludan a su paso, rompiendo el silencio del cañón del Río Sucio, rumbo a la tierra prometida a sus antepasados urabaes, dos siglos atrás.
A los habitantes de la Puerta de Urabá, gracias por afrontar con altura las vicisitudes de los trabajos, por acoger a centenares de personas, contratistas, proveedores, interventores y supervisores, muchos de los cuales hoy se sienten dabeibanos, por la inclusión, respeto y cultura con que han sido tratados. Desde aquí se ha hecho algo de historia del desarrollo de Colombia. Felicitaciones y disfruten de esta nueva ruta, que desde el firmamento lucirá, como múltiples dragones venidos del lejano oriente, desfilando sobre Los Andes colombianos.
Luis Heriberto Bohórquez
Ingeniero de Calidad y Control, Consorcio Servinc - Gómez Cajiao.
Ingeniero de Vías y Transportes - UPTC. Catedrático universitario, experto en calidad de materiales y producción industrial de concretos.